El papel del docente en la formación online bonificada

Según el informe de la Fundae (Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, entidad que se encarga de gestionar los fondos públicos para ayudar a las empresas a formar a su plantilla) del año 2021, la formación online bonificada ha supuesto un 52% de las horas de formación anuales bonificadas. 

Este cambio de método, ha implicado también un cambio en el papel de los docentes que imparten los cursos, obligándoles a adaptarse para asegurar el éxito de las formaciones y la transmisión del conocimiento. 

¿Cuál es la función del docente en la formación online?

Siempre ha habido diferentes interpretaciones sobre el papel del formador dentro del ámbito educativo, casi siempre determinadas por el nivel o la finalidad de la actividad formativa. 

Pero con la aparición de la formación online el formador se ha visto obligado por las propias características del medio virtual a dejar de ser un mero transmisor de conocimientos para pasar a ser un facilitador, un orientador que guíe al alumno en el proceso para que logre sus objetivos de aprendizaje. 

Alumna y tutora conectadas en una sesión on line
Fuente: envato.

Y en este nuevo escenario educativo el rol del docente se ha adaptado para realizar algunas funciones fundamentales para el éxito de la formación, como son: 

  • Hacer un seguimiento de la actividad de los alumnos para asegurarse de que están avanzando correctamente en su recorrido formativo.

  • Responder a las preguntas del alumno, tanto sobre los contenidos, como buen experto en la materia, como sobre el uso de las herramientas online que el alumno tiene a su disposición para que estas sean de ayuda y no de impedimento para lograr sus objetivos. 
  • Dinamizar el proceso de formación y fomentar la participación en caso de que detecte que ha quedado estancado en algún momento, para evitar el abandono a mitad del camino.
  • Motivar correctamente al alumno para que saque el máximo partido del proceso y optimizar así los resultados de la formación.
  • Evaluar tanto al alumno, para saber si ha alcanzado los objetivos educativos, como el propio proceso de formación para cumplir con el criterio de mejora continua.

Todas estas funciones requieren que el formador sea una parte esencialmente activa en el e-learning, cuya presencia pueda percibir fácilmente el alumno para que se sienta acompañado, guiado y ayudado durante su formación.  

Diferencia entre formador y tutor

Como hemos dicho, una de las funciones principales del docente en la teleformación es la de resolver las dudas que planteen los alumnos. Estas pueden ser de dos tipos: las que se refieren a los contenidos o conocimientos que se quieren transmitir a lo largo de la actividad formativa, y las que hacen referencia a las dificultades que pueden surgir de las herramientas online utilizadas para transmitir esos conocimientos. 

Esto conlleva también la separación de la función docente en dos figuras: la del formador, que se encarga de las primeras, y la del tutor, que resuelve las segundas. 

Por supuesto, una misma persona puede realizar las dos funciones, y de hecho suele ser habitual que sea así, pero en ocasiones nos podremos encontrar con formaciones que cuenten con los dos tipos de acompañantes a lo largo del curso. 

Alumna y tutor conectados en una sesión on line
Fuente: Envato

¿Qué requisitos establece Fundae para los docentes en la modalidad de teleformación? 

Podemos encontrarnos con una serie de requisitos referidos a los docentes que establece Fundae para que las empresas que ofrecen cursos en modalidad de teleformación puedan beneficiarse de su bonificación. 

Estos requisitos son los siguientes: 

  • El docente deberá tener formación y/o experiencia demostrable en la materia del curso y en metodología online acreditada de al menos 30 horas. Es imprescindible que cada grupo formativo disponga, como mínimo, de un tutor acreditado con capacidad técnica y conocimientos para impartir la acción formativa, aunque pueden ser personas distintas las que realicen cada función.

    Se admitirá que la dinamización del curso se apoye en programas automatizados, aunque esto no exime de la presencia de un formador no virtual con conocimientos de la materia. Las plataformas que facilitan el seguimiento del avance de los alumnos mediante alertas y avisos automáticos facilitan mucho esta labor y aumentan notablemente la tasa de éxito de los alumnos.

  • La información del tutor-formador relativa a su formación, a su experiencia profesional y a sus acreditaciones relacionadas con el curso deberá encontrarse publicada en la plataforma, ya sea en la presentación del curso, en la guía didáctica o en la pantalla inicial del curso.
  • La actividad tutorial se podrá realizar de diferentes maneras, siempre y cuando se garantice la interacción entre el formador y los participantes a través de las diferentes herramientas de comunicación que facilite la plataforma. Es importante que quede un registro de estas interacciones, ya que Fundae puede requerirlas en una inspección. Por eso no es válida la tutoría a través del teléfono, pero sí a través de la mensajería interna, del correo electrónico, de foros, chat, etc.
  • El número de horas de tutorías está limitado al número de horas de la acción formativa. Asimismo, el número de horas anuales de disponibilidad del tutor vendrá determinado por las establecidas en el convenio colectivo correspondiente o por el contrato laboral. 

Por eso hay que tener cuidado si el mismo tutor atiende varios cursos simultáneos ya que, aunque pueda realizar su labor correctamente, la suma de las horas lectivas puede superar las horas anuales del convenio y suponer un problema ante una inspección.

Igualmente es importante tener en cuenta que el número máximo de alumnos por tutor en cada grupo es de 80.

¿Qué puede pedirnos Fundae en relación al docente?

En caso de una inspección, Fundae nos puede solicitar la siguiente documentación en relación con la labor de los formadores:  

  • Curriculum y acreditaciones del tutor-formador
  • Contenidos y recursos didácticos de la acción formativa
  • Guía didáctica
  • Registros de actividad e interacción, además de controles de aprendizaje y pruebas de evaluación
  • Acreditación de entrega de “Cuestionarios de evaluación”
  • Acreditación de entrega de certificados de participación o diplomas

Por eso aprovechamos para recordar que toda documentación relativa a las acciones formativas que se bonifiquen deberá ser guardada por un periodo de 4 años, que es el plazo en que Fundae nos la puede requerir. 

Conclusiones

Por tanto, en la formación online bonificada, la figura del docente es un elemento fundamental para asegurar una formación de calidad en un medio que se suele percibir como solitario o impersonal.

Para poder obtener la bonificación de sus cursos en modalidad de teleformación, las empresas formadoras deben asegurarse que el docente sea un elemento proactivo y que cumpla todos los requisitos que Fundae establece para asegurar la calidad de las acciones formativas.

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